La decisión judicial desmantela la presunta justificación de la política antigitana emprendida por los ministros de Nicolas Sarkozy, en una insólita furia de dudosa legalidad que la Unión Europea empieza a cuestionar por antidemocrática. Hasta el punto de que la Comisión ha pedido información adicional a París sobre cómo se está aplicando la legislación comunitaria en la materia. Y es que el desmantelamiento de los campamentos gitanos se acompaña de un proyecto de reforma legal del Gobierno conservador por el cual se discriminará a los nacionales de origen exterior, quitándoseles en determinados casos la ciudadanía, como si esta fuera un privilegio otorgado y no un derecho adquirido. Es la vuelta del calcetín de la democracia francesa y el aniquilamiento de algunos de los grandes valores que han hecho de Francia paladín de las libertades y de la acogida a los diferentes.
Francia, en conclusión, quiere expulsar más a los gitanos, que a los inmigrantes ilegales. La pregunta es, ¿Anti-inmigracion ilegal o Anti-gitanos?.
Felipe perera pellegrino. 2ºbachillerato A.